National Geographic Traveler lo ubicó 16 entre los 100 destinos históricos más lindos del mundo. Esta pequeña ciudad cercana a Praga brinda la posibilidad de asomarse por unas horas al mundo en el que vivía la aristocracia checa hace siglos. Y, de paso, probar la mejor cerveza del planeta.
Gonzalo Argandoña Mc., para el suplemento de Tendencias
17 may 2010 04:44 AM