Durante su segundo mandato, el Presidente debió realizar más de 13 cambios a su equipo de gobierno. Algunos ministros pidieron dejar sus carteras en estados anímicos críticos –como la primera titular de la Mujer, Isabel Plá-, otros se fueron molestos con el rumbo del gobierno –como la ministra de Educación, Marcela Cubillos. Ninguna despedida –sin embargo- fue más amarga para Piñera que la de su primer ministro del Interior, Andrés Chadwick. Además de su vínculo familiar –ambos son primos hermanos-, el Mandatario sabía que Chadwick sería acusado constitucionalmente tras el estallido social. Peor aún, entendía que el destino político de su ministro era un sacrificio para neutralizar la amenaza de su propia destitución.