Hildur Guðnadóttir compuso el score de Chernobyl a partir de grabaciones hechas en la misma planta nuclear donde se filmó una porción de la miniserie.
Andrés Panes
6 jun 2019 10:36 PM
Hildur Guðnadóttir compuso el score de Chernobyl a partir de grabaciones hechas en la misma planta nuclear donde se filmó una porción de la miniserie.
El especialista militar de la URSS pasó más de cinco años en la zona. "Cualquier país intenta mantener en secreto las causas de los grandes accidentes por razones políticas", dice a Culto.
Más allá del libro de la Nobel bielorrusa Svetlana Alexiévich, pionero en revelar las consecuencias humanas del accidente nuclear de 1986, numerosas investigaciones recientes aportan testimonios, análisis y nuevos datos para conocer los orígenes y las secuelas del mayor desastre atómico de la historia.
La académica y doctora en Ciencias Políticas analiza para Culto las implicancias del accidente en la planta nuclear para el proceso de reformas impulsado por el último gobernante de la URSS y, de paso, nos relata cómo vivió esos días en Moscú.
Craig Mazin, guionista y productor de la serie de HBO, publicó en su cuenta de Twitter los libros, documentales e influencias fotográficas para la elaboración de la realización que alcanzó alta popularidad. Además, lanzó los libretos de los cinco episodios para descarga online.
En un mundo sin el nivel de interconexión que tenemos actualmente, la noticia llegó con días de atraso a nuestro país. Acá repasamos lo que la prensa de la época contó y cómo lo relató.
Colado en las letras de algunos de los más importantes grupos y solistas de todos los tiempos, el temor colectivo se instaló hasta en los éxitos románticos y bailables de la década de los ochenta.
En septiembre de 1957, la Unión Soviética se enfrentó a la primera gran emergencia radioactiva de la historia y la tercera más peligrosa después de Chernóbil y Fukushima. Además de aunar esfuerzos por contener el accidente y evacuar ciudades, la URSS trabajó para mantenerlo como un secreto. Si Ozyorsk no existe, tampoco había una tragedia que informar.
La producción de HBO relata con notable fidelidad los sucesos que tuvieron lugar aquel fatídico 26 de abril de 1986. Del científico Valery Legasov y a la ciudadana Lyudmilla Ignatenko, solo es ficticia la físico nuclear Ulana Khomyuk.
Parte de la horrorosa belleza de Chernobyl es ese enervante clickeo, ese zumbido electrostático, ese soundtrack del infierno que emiten los detectores de radiación cuando miden cuánto veneno por hora te está matando. De a poco o rápido.
Desde 1974, existe en la comuna de La Reina un reactor nuclear cuyo foco está en investigación y medicina. Su uso para generar electricidad está en discusión hace décadas, pero los costos y riesgos aún se consideran muy altos.
La película animada, basada en el clásico manga de Keiji Nakazawa, contó con una imborrable escena de destrucción por el poder atómico.
El creador de la miniserie, Craig Mazin, refirmó en Twitter que por la naturaleza de la historia una continuación no está sobre la mesa.
Usando robots alemanes y autómatas lunares rediseñados, el esfuerzo soviético por sanear la zona sin humanos fracasó y los obligó a trabajar con cuadrillas humanas.
En 1979 el cineasta ruso Andrei Tarkovsky estrenó Stalker, una cinta que recrea un mundo post-apocalíptico, donde existe una Zona prohibida y peligrosa a la que nadie puede ingresar. Una fantasía que siete años más tarde se convertiría dramáticamente en realidad.