Además de los sunitas y kurdos cada vez hay más chiitas que exigen que Al Maliki se aparte del poder, porque lo hacen responsable de las victorias de los jihadistas.
DPA
11 ago 2014 04:59 AM
Además de los sunitas y kurdos cada vez hay más chiitas que exigen que Al Maliki se aparte del poder, porque lo hacen responsable de las victorias de los jihadistas.
"Es imposible permanecer callados sobre el hecho de que Erbil (capital del Kurdistán iraquí) es la sala de operaciones del Estado Islámico", acusó al Maliki.
La región autónoma del Kurdistán, en el norte del país, fue la primera en iniciar ese proceso hacia la independencia con los preparativos para un referéndum.
Luego de que el actual primer ministro iraquí anunciara que no renunciará a su candidatura, el líder religioso Muqtada Al Sadr, cree que se deben pensar en una nueva opción para poder alcanzar "una solución política" a la ofensiva suní que asuela al país en el último mes.
El primer ministro de Irak dijo que "no escuchen a quienes hablan de chiitas y sunitas" y llamó al pueblo a combatir juntos el terrorismo.
La violencia estalló con fuerza esta semana y el gobierno del primer ministro Nuri al Maliki parece estar perdiendo el control de la situación.
La elección del sucesor presidencial ha fracasado por quinta vez, luego de que las facciones chiitas y la coalición sunita no llegaran a consenso. Según las leyes del país, el presidente debe ser un cristiano maronita.
El experto sostiene que la centralización del poder en las manos de Al Maliki ha sido evidente en su último mandato.
40 hombres perecieron en el bando de los Huthis chiitas, y 20 entre la tribu de los Hashid, en estos violentos enfrentamientos que han causado más de un centenar de muertos en total en la provincia de Omran desde el 5 de enero.
La bomba estaba escondida en un camión cisterna y fue denotada a distancia en la ciudad de Hazara.
El hecho se registró durante un ritual religioso en Bagdad.
Los hechos ocurren tan sólo tres días después de la muerte de 72 personas , en una serie de ataques reivindicados por el Estado islámico de Irak, vinculado a Al Qaeda.
Fue el peor día de violencia desde principios de enero, cuando cuatro bombas en Bagdad dejaron 73 muertos, y el último de una serie de ataques contra sitios religiosos chiitas.
La serie de atentados en Bagdad son la consecuencia de la confrontación entre sunitas y chiitas en el Parlamento y en el gabinete del primer ministro, Nuri al Maliki, señalan analistas.
Se trató de 12 explosiones en distintos puntos de Bagdad, que se producen en un momento de tensión política en el país.