En Antofagasta hay 32 mil colombianos de los que ha dicho de todo: que les quitan el trabajo a los chilenos, que son fiesteros y ruidosos, que las mujeres andan levantando maridos… Pero más allá de esos prejuicios, lo cierto es que le han puesto color y alegría a la castigada y hosca pampa nortina. Ellos se declaran felices, pese a la segregación y pobreza que muchos viven. "Acá ando tranquilo en la calle, sin temor de ver morir amigos por poco menos que nada", asegura uno de ellos.
Texto y fotos: Roberto Farías
25 ago 2016 12:43 PM