"¡Que Dios le tenga piedad, porque nosotros no podemos tenerla!", señaló el fiscal que lo acusa de homicidio múltiple, heridas graves, naufragio y falsas informaciones.
La Tercera
26 ene 2015 07:09 AM
"¡Que Dios le tenga piedad, porque nosotros no podemos tenerla!", señaló el fiscal que lo acusa de homicidio múltiple, heridas graves, naufragio y falsas informaciones.
Francesco Schettino relató cómo tomó la decisión de abandonar el crucero mientras naufragada, durante el juicio en que es acusado de homicidio culposo.
El primer acto de esta jornada fue devolver al mar en la isla de Giglio parte del pequeño escollo que causó una fisura de 70 metros en el casco del crucero, el 13 de enero del 2012, día en que murieron 32 pasajeros.
El dueño del crucero, la empresa Costa Crociere SpA, la unidad italiana de Carnival Corp., dijo en misivas enviadas a varios pasajeros, que no estaban invitados a las ceremonias del aniversario oficial que se efectuará en la isla de Giglio, frente a cuyo litoral todavía yace inclinado el casco de la enorme nave.
Francesco Schettino hizo un balance a un año de la tragedia del crucero donde murieron 30 personas. "Yo pude haber fallado pero no estaba solo", apuntó.
Francesco Schettino está siendo juzgado en Italia por homicidio involuntario, por provocar un accidente y abandonar el barco que naufragó en enero pasado, dejando 32 muertos.
Aseguran que el tiempo que pasó Franceso Schettino detenido en su casa ya tuvo un efecto disuasorio, aunque seguirá bajo supervisión adecuada de las autoridades, ya que no podrá salir de su pueblo, Meta di Sorrento, mientras la causa prosigue.
El costo de la operación se estima en 236 millones de euros y la empresa a cargo dijo que "la única manera de desplazar el barco es volver a ponerlo en la misma posición en la que encalló, como si se rebobinara una película".
Con el hallazgo ascendió a 30 el número de cuerpos encontrados. Cuatro personas siguen desaparecidas, tras el accidente del 13 de enero frente a las costas de la isla de Giglio.
Se trata de una pareja francesa, tres mujeres alemanas y una niña italiana con su padre. El naufragio del crucero, donde viajaban 4.229 personas, dejó un saldo de 32 muertos en enero pasado.
John Arthur Eaves quiere pedir esa cantidad a la firma estadounidense Carnival, matriz de la italiana Costa Crociere, dueña del Concordia.
La producción titulada "El Naufragio del Concordia" exhibirá material audiovisual de la tragedia, además de entrevistas a expertos que intentarán dilucidar lo que realmente ocurrió ese día en las costas italianas.
Los trabajos consisten en abrir dos agujeros en seis tanques, en los que se encuentran más de la mitad de las 2.300 toneladas de combustible , en su mayoría aceite pesado.
Tras la caótica evacuación del crucero, pasajeros y tripulantes abandonaron casi todo a bordo: joyas, dinero, antigüedades y miles de objetos de arte, incluyendo xilografías de un artista japonés de hace 300 años.
"Cuando estábamos evacuando a los supervivientes, todo el mundo lo estaba buscando. El comandante de la policía municipal, el jefe de los Carabinieri, el alcalde. Todos buscaban a (Francesco) Schettino", narró Gianluca Marino Cosentino al diario Il Mattino.