Hacer que sus seguidores se pegaran entre sí hasta sangrar era una de las consignas para "mantener la pureza". Es parte del relato de algunos de los 400 feligreses de una secta surcoreana que llegaron a Fiji en busca del paraíso y acabaron retenidos por la fuerza. Hasta que cinco que pudieron escapar.
BBC Mundo
16 ago 2018 09:56 AM