En la sección Cosas de la Vida, el bioquímico y divulgador científico. Su último libro se titula "Pandemia. Una historia sobre ciencia, enfermedades y el virus que cambió nuestras vidas".
La Tercera
6 nov 2020 06:00 PM
En la sección Cosas de la Vida, el bioquímico y divulgador científico. Su último libro se titula "Pandemia. Una historia sobre ciencia, enfermedades y el virus que cambió nuestras vidas".
#CosasDeLaVida: “Nunca imaginé que las mascarillas cubrebocas tendrían tanto éxito; de hecho era uno de los productos menos importantes de mi fábrica. Cuando se expandió el coronavirus, desde el extranjero nos compraron todo el stock que teníamos”.
“En la página se habla sobre cómo realmente hablamos en Chile po’, porque nosotros tenemos un modo auténtico. No decimos ‘hola, ¿cómo estás?’, sino que ‘hola, ¿cómo estay?’. Incluyo todas esas cosas”.
#CosasDeLaVida: "Yo soy bailarín y con el tiempo perpetué la amistad con varios artistas, especialmente con los fotógrafos Carmen Fulle y Mario Vivado. Así fue como años más tarde surgió un nuevo proyecto que juntos nos llevó a crear www.mobiledanza.cl".
"En el escenario, estaba disfrazada de ovejita. Empecé a sentir como fuegos artificiales detrás mío; no estoy segura cómo supe que era yo la que se estaba quemando. Recuerdo los gritos y apoderados tratando de apagarme".
#CosasDeLaVida: "Creo que hubo un viento de cola que nos desestabilizó. La avioneta trató de volver a elevarse y no lo logró, entonces caímos muy fuerte. Rebotamos, dimos vueltas como trompo. Quedamos arriba de los árboles, eso nos salvó de caer por el barranco".
"Mientras procesaba lo que estaba pasando, empecé a sentir un dolor horrible y muy agudo en las piernas. Era como metálico. Como cuando tu cuerpo está caliente, tocas un metal helado y sientes que quema por el frío".
"Estaba bailando cuando empecé a escuchar la música lejos y a ver todo en cámara lenta. Esto no es normal, pensé. Era un infarto cerebral. Estuve 45 días hospitalizada en Río de Janeiro. Me decían que yo era un milagro".
"Han pasado tres meses desde que recibí una bala que entró de la calle a mi pieza. Pienso que tuve suerte de quedar viva y ver hoy la vida con otra perspectiva. Ahora falta juntar la plata para la operación que me sacará por fin la bala del rostro".
"Recuerdo mi reacción cuando vi su video bailando cueca: quedé para adentro. Después me pidieron hacerle clases. El zapateo fue lo que más le costó. Fue donde más nos demoramos, porque él tenía la tendencia a saltar en vez de zapatear. Ahora lo veo bailar y hace lo que le enseñé".
"Algunos llegaban y les preguntaba cómo habían tenido mi número o la dirección del lugar, muchos me decían que se pasaban el dato en páginas de Facebook de venezolanos en Chile o en los mismos buses. También me decían que algunas recepcionistas de hoteles en el centro les decían que vinieran para acá, en vez de dormir en la calle".
"En el ascensor, el profesor me dice: señorita Ulloa ¿qué anda haciendo por aquí, ya es abogado? Le respondí: No, ¿con qué plata? Me quedó mirando y me dijo: ¿Se acuerda que me dijo que era buena para planchar camisas?".
"Cuando a mi padre lo liberaron del campo de concentración, con mi familia dejamos Alemania y nos fuimos a Holanda. Luego a Chile. Aquí, siempre tuve conciencia social. Estudié Medicina, entré al Partido Socialista. El 11 de septiembre de 1973, fui detenido a mediodía".
"La gente que nos conoce, que sabe que nos gustan los gatos y que trabajamos en esto, nos decían que no podía ser de otra manera: un matrimonio en el CatCafé y con los 30 gatitos acompañándonos".
Cuando estaba en segundo medio empecé a cuestionarme qué me pasó, por qué a mí y por qué tengo que vivir esto. ¿Soy la única en el mundo que tiene que vivir esta realidad?