Por medio de un comunicado, la Cancillería chilena detalló que el daño en las instalaciones del sistema eléctrico y agua potable de la población civil contraviene el derecho internacional humanitario. Además, informó que el 80% de los habitantes de Kiev se quedaron sin energía.
A pesar del anuncio que dio a conocer el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Riabkov, Moscú estaría dispuesto a debatir una zona de seguridad en las inmediaciones de la planta.
La compañía eléctrica Ukrenergo compartió una publicación en Facebook en la que llamó a los ciudadanos que recargasen sus celulares y baterías portátiles antes de la entrada de la tarde. Por otro lado, señalaron que los “terroristas” tienen el objetivo de dejar sin luz a miles de habitantes de la capital ucraniana.
También, otras 15 personas resultaron heridas en el tiroteo en la región suroccidental de Belgorod, fronteriza con Ucrania, cuando dos hombres atacaron a un grupo que se ofreció como voluntario para participar en la guerra contra Ucrania.
Las personas salieron a las calles e incluso bloquearon la carretera de un pueblo de la región de Daguestán, ante la decisión del mandatario ruso de enviar más soldados a combatir en Ucrania.
Frente a las medidas anunciadas por Putin, el Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, instó a la comunidad internacional a “tomar en serio” las amenazas nucleares, y advirtió de que la guerra en Ucrania entró en una fase “peligrosa”.
Cerraron cualquier opción de diálogo con Rusia e incluso considera que no tiene ningún sentido un encuentro entre el presidente ucraniano. Las negociaciones solo serían posibles una vez que las tropas rusas se hubieran retirado del territorio ucraniano.
El Presidente de Estados Unidos afirmó que, en caso de llevarse a cabo el uso de armamento nuclear por parte de Moscú, habrán represalias porque “sería algo no visto desde la Segunda Guerra Mundial”.
Hicieron una segunda parada para repartir víveres en la ciudad de Zaporiyia, donde está la central nuclear más grande de Europa, situada en el sur de Ucrania, cuando fueron tiroteados.
La central se encuentra paralizada desde el pasado 11 de septiembre, cuando se apagó el último reactor activo.
El presidente ruso afirmó que, en su opinión, es “la otra parte”, la ucraniana, la que rechaza las negociaciones con la esperanza de ganar “en el campo de batalla”.
Ambas partes expresaron su disposición a una interacción “no politizada” sobre la situación en la central nuclear con la intervención del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
La central aporta una quinta parte del consumo eléctrico de Ucrania. En concreto, las autoridades prorrusas de la ciudad de Energodar, que aloja la central, denuncian daños causados por bombardeos ucranianos.
Según las autoridades rusas, desde el principio de la invasión el 24 de febrero han llegado al país unos 3,2 millones de refugiados a través de los corredores humanitarios.
En una conversación, los cuatro líderes interacionales “dieron la bienvenida a las conversaciones para habilitar una misión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA)” y reiteraron su compromiso en términos generales con Ucrania frente a la invasión rusa.
