A propósito de la aparición de Fear inoculum, el último disco de los estadounidenses en trece años de silencio, los críticos de música de Culto, Andrés Panes y Nuno Veloso, debaten cuál es el mejor disco de Tool. Mientras uno aplaude Lateralus, el otro elogia Ænima.
Algo parecido a una condena termina para la fanaticada de Tool. Después de 13 años humo blanco y disco nuevo. A pesar de los esfuerzos de la banda fundada en Los Angeles en 1990 para mantener un hálito de misterio en torno a su trabajo incluyendo años de entrevistas crípticas (truco calcado a los maestros de Killing Joke), más el buen gusto de no figurar en sus portadas, existe suficiente información para comprender las razones de la demora. Tool, con su música más densa que pesada, es una banda fracturada con dos bandos en proporción tres a uno que se recompone en este álbum.
La quinta producción de estudio de la banda dirigida por Maynard James Keenan se publicará el próximo 30 de agosto, después de trece años de espera desde 10,000 Days (2006). Asimismo, la edición en CD incluirá una pantalla recargable de cuatro pulgadas en alta definición, la cual reproducirá videos inéditos junto a un parlante de 2 watts.
Las letras de Tool suelen profundizar temáticas relacionadas a la metafísica y el desarrollo personal del ser humano. La canción que da nombre a su tercer álbum de estudio, es una muestra del abstraccionismo que el grupo ha plasmado desde sus inicios.
La agrupación espera durante 2018 lanzar su primer disco desde 2006.
