Las cuatro semanas que siguieron a la violenta jornada del 18 de octubre fueron para el sector privado de desconcierto, silencio y acción. Las vocerías se redujeron, los debates internos se multiplicaron. Alfonso Swett buscó consejo en grandes empresarios e intentó articular un pacto social con sindicatos y pymes. Bernardo Larraín lideró la reflexión en la Sofofa, donde tempranamente se expresaron dos almas. Los industriales coordinaron con Interior la respuesta a los ataques al comercio. Y Andrónico Luksic expuso vía Twitter las pasiones de esos días. Esta es la versión resumida del “estallido empresarial” que terminó con el acuerdo por un proceso constituyente aún en curso.