Esta noche, Informe Especial mostrará las malas prácticas de los diputados. Emisión de programa fue tema obligado durante la jornada en los pasillos del Congreso.
Renato Gaggero y Daniela Salinas
3 jun 2009 02:56 PM
Esta noche, Informe Especial mostrará las malas prácticas de los diputados. Emisión de programa fue tema obligado durante la jornada en los pasillos del Congreso.
En poblaciones de Santiago, niños reciben balazos mientras toman la leche en su casa, chatean en un cibercafé, juegan fútbol en el pasaje o descansan en brazos de su madre. En 2008, once niños de entre 0 y 15 años murieron o fueron heridos por balas locas de delincuentes o narcotraficantes. Las víctimas han ido en aumento desde los últimos tres años. Sus familias muchas veces no hacen la denuncia por miedo a las represalias.
En el país hay 105.651 minas antipersonales y 52.086 minas antitanques que explotarán en cuanto alguien las pise. No todas están donde indican los mapas del Ejército, en campos cercados y señalizados, porque se desplazan con los cursos de agua y los temblores. Más de 100 personas han explotado desde 1978. Las minas están más cerca de lo que se cree: en el Valle de la Luna, en el camino a las Torres del Paine y hasta en Malloco.
Los jóvenes de Tongoy se suicidan. Ahora van los periodistas. Antes, no llegaba nadie. Porque si hay algo triste, son los balnearios en invierno. Estuve ahí un agosto hace 4 años y penetré hasta la médula de sus calles bajas y polvorientas hasta entrar en un grupo de jóvenes odiados y despreciados por todos, pero profundamente solos y tristes. La pandilla Los Niños. Habían salido en los diarios regionales con su pequeño prontuario asolando la ciudad. Tenían entre 12 y 17 años entonces y una vida plagada de tragedias. Era cosa de tiempo. Tiempo e indiferencia.
Los balnearios de Chile sólo existen en verano, en las estadísticas del turismo. En invierno muchos de sus habitantes viven una aburrida pobreza. Ésta es la historia de un grupo de adolescentes que deambula por las calles de Tongoy, abandonados a su suerte. Nosotros deambulamos con ellos.
Mujeres que engañan a tipos solos y los asaltan en sus propias poblaciones. Tipos engañados por féminas que usan su cuerpo como arma letal. Un modelo de negocios dirigido por tipas duras, que se saben bonitas e inteligentes. Una aproximación nocturna hacia el corazón de la delincuencia femenina de hoy.
La ex teniente Marcela Valdés quería limpiar su honor y remediarse de los golpes que le dio su marido, el Teniente Claudio Vásquez Cardinali. Para lograrlo denunció al Estado de Chile ante la Comisión Interamericana de DDHH que dictó sentencia a su favor y obligó al Estado a pagarle en marzo de este año una indemnización de 23, 3 millones de pesos. ¿Cómo empezó esta historia?
En poblaciones de Santiago, niños reciben balazos mientras toman la leche en su casa, chatean en un cibercafé, juegan fútbol en el pasaje o descansan en brazos de su madre. En 2008, once niños de entre 0 y 15 años murieron o fueron heridos por balas locas de delincuentes o narcotraficantes. Las víctimas han ido en aumento desde los últimos tres años. Sus familias muchas veces no hacen la denuncia por miedo a las represalias.