En La invitación II nada ocurre como de costumbre en el teatro: no hay escenario ni butacas y los espectadores son tratados como amigos que comparten comida y trago con el protagonista. Es la segunda parte de un inusual proyecto dramático donde la ficción se funde con la realidad, y se acaba de estrenar en un departamento en Providencia.
Francisca Siebold
6 nov 2013 11:39 AM