Mientras se debate el futuro de los enfermos del penal Punta Peuco, en otros recintos del país hay cinco presos terminales o en condiciones de extrema gravedad, según antecedentes reservados de Gendarmería. Uno de ellos es Iván Oyarzún, de 73 años, un ex GAP que arrancó de Chile tras el Golpe de Estado y que hoy cumple condena por falsificación de instrumento público. Aunque su familia considera injusto que se igualen sus circunstancias con las de violadores de DD.HH., esperan saber si al final podrán obtener algún beneficio de toda la polémica.