Un artículo del Financial Times asegura que, aunque las mujeres jóvenes superan a los hombres en educación y empleo temprano, la maternidad frena su progreso laboral. Antes de tener hijos, muchas ganan más que sus parejas, pero después sus ingresos y oportunidades se reducen drásticamente. En varias economías, la tasa de empleo de las madres cae significativamente una década después del primer hijo. Factores como los altos costos de cuidado infantil y normas de género perpetúan esta desigualdad. Políticas de flexibilidad laboral y apoyo a la crianza emergen como soluciones clave.
