El mandatario interino, desde que asumió el poder el pasado 12 de mayo, se ha enfrentado a los escándalos de corrupción, marchas en su contra y las declaraciones de los expresidentes Rousseff y Da Silva.
Marié Scarpa / EFE
12 jun 2016 06:43 AM
El mandatario interino, desde que asumió el poder el pasado 12 de mayo, se ha enfrentado a los escándalos de corrupción, marchas en su contra y las declaraciones de los expresidentes Rousseff y Da Silva.
La declaración fue realizada en medio de un acto convocado en Sao Paulo contra el mandatario interino, Michel Temer.
El Partido de los Trabajadores acusó a las nuevas autoridades de violar la ética política y la propia Constitución.
La presidenta suspendida de Brasil señaló además que el jefe de Diputados, Eduardo Cunha, es el personaje "central" del gobierno interino de Michel Temer.
En su "búnker de resistencia", la suspendida mandataria brasileña cobija al gabinete virtual. Desde allí también critica a Michel Temer.
En un país donde la mayoría le ha dado la espalda a la presidenta Dilma Rousseff, los pocos que la apoyan tienen sus esperanzas puestas en el efecto virtuoso de los Juegos Olímpicos de Rio. Pero ¿Serán una fiesta o un funeral?
En una entrevista con CNN Money, la presidenta entregó su respaldo a la presidenta Rousseff, una de las muestras de apoyo más grande que ha recibido la presidenta brasileña en medio de la crisis que experimenta su país y el riesgo de que se inicie un juicio político en su contra. Además, desdramatizó el efecto que podría tener en las relaciones Estados Unidos-Latinoamérica la victoria de alguien como Donald Trump o Bernie Sanders.
El apodo que le han puesto a Dilma Rousseff en Brasil no tiene que ver con sus virtudes, sino con el número que ha marcado su gestión. Ad portas de un juicio político que podría significar su destitución, varios analistas difícilmente ven mejorías en la economía, con o sin cambios en la conducción del país.
Uno tiene que asumir que las cosas tienen que haber estado muy mal en el Palácio do Planalto para que nombrar a Lula en el gobierno haya sido la mejor solución. Uno se puede imaginar las conversaciones de Roussef con sus asesores: ¿Qué es mejor, amputar el miembro de una vez, o volverlo a coser, esperan no morir de necrosis?
El protagonismo de Brasil ha cambiado de tono, desde la admiración a la preocupación. La combinación de crisis económica y política —que impide tomar las medidas necesarias para revertir la situación— ha configurado una tormenta perfecta.
Decenas de conductores demandan, además, la baja en el valor del diésel y el alza del valor de los fletes.
La presidenta brasileña, en el día de la independencia, que la situación económica es delicada.
Las manifestaciones fueron convocadas en las redes sociales por los mismos movimientos que se dicen independientes de los partidos políticos y que el 15 de marzo consiguieron congregar a cerca de dos millones de personas.
Entrevistada por la cadena CNN en Español, la mandataria defendió el derecho a protestar. "Yo sé lo que es la tortura, la prisión ilegal y el arbitrio", dijo.
Según una encuesta divulgada hoy la gestión de la presidenta es considerada "pésima" por un 64% de los ciudadanos, mientras el que 23% la califica de "regular".