Fue una anciana de una pequeña localidad española la que se ofreció para restaurar un fresco de Cristo, pero de forma amateur. El resultado no fue el óptimo. Ello hizo que el cuadro fuese conocido como "Ecce Mono" y se volviera viral en redes. Hoy, transformado en ícono pop, genera ganancias propias de una obra famosa. Esta es la historia y sus protagonistas, una década más tarde.
Una figura ubicada en el alto de un edificio en Palencia, llamó la atención por el particular proceso de compostura que la desfiguró hasta hacerla irreconocible, tal como ocurrió con la célebre restauración fallida de la pintura mural de 2012.
Según consigna El País, son cerca de 40 millones de pesos chilenos lo que necesita la comunidad para rescatar esta obra, la cual es considerada una de las más importantes del renacimiento español.
En 2012 una mujer mayor decidió 'arreglar' la pintura Ecce Homo en Zaragoza, provocando una ola de burlas en todo el mundo. Ahora se repite la historia en la provincia española Navarra con una escultura como víctima.
