La llamada "ola feminista" de 2018 puede ser interpretada como una posta generacional de un agotamiento centenario y como el levantamiento contra la opresión cotidiana, pero no como un suceso pasajero que luego de golpear las rocas, se resigna a la retirada. Lo que está ocurriendo es la respuesta colectiva al cansancio privado como modo de vida, al abuso impune; es el alarido que avisa que en adelante nada será como solía ser.
Óscar Contardo
25 jul 2018 11:42 PM