El narrador, fallecido este lunes a los 91 años, durante medio siglo escribió afiladas columnas y textos que también publicó en libros como Crónicas de combate y Nadie es la patria. Aquí una muestra de sus golpes.
Javier García
30 jul 2019 11:21 AM
El narrador, fallecido este lunes a los 91 años, durante medio siglo escribió afiladas columnas y textos que también publicó en libros como Crónicas de combate y Nadie es la patria. Aquí una muestra de sus golpes.
En su último libro Si te viera con mis ojos, el escritor describe un triángulo entre Carmen Arriagada, Charles Darwin y Mauricio Rugendas en el Chile de mediados del siglo XIX. Aquí, reflexiona sobre amor, literatura y sus propios placeres.
Lateado del tiempo latigudo que transcurre mientras espera encerrado en su pieza que la muerte venga a buscarlo, Armando Uribe se ha pasado los últimos veinte años escribiendo versos y publicando sin parar. Su más reciente libro se llama Hastío y es un diario de vejez, donde anota: "Yo me hacía ilusiones/ y aquí me tienen tonto idiota/ viejo vuelto a la infancia/ o adolescencia de tontontes/ que se niegan a su derrota/ total en vida o muerte y todo cansa".
En su más reciente publicación, Saber morir –un libro de conversaciones con el escritor mexicano Ilan Stavans–, el poeta chileno de 64 años reflexiona acerca de su casi medio siglo de poesía, del Parkinson que lo aqueja y de sus creencias. "Tal vez llegó la humillante hora de los recuerdos", reflexiona aquí con humor.
El 8 de abril se cumplen cincuenta años de la muerte de Juan Emar, uno de los escritores chilenos más enigmáticos y originales del último tiempo, y se celebran con el lanzamiento a mediados de abril de Cavilaciones, selección de los diarios filosóficos que escribió en París en torno a 1920, cuando comenzó su mito fecundo.
Que es uno de los mejores escritores chilenos vivos es uno de los elogios que Merino reciba hace años. Pero el poeta, ensayista, editor y cronista se encoge de hombros y afirma no creer en las carreras literarias. Tampoco en la utilidad de pasar por el colegio, las verdades absolutas o las grandes causas. Dice que con sus crónicas no quiere sermonear a nadie ni decir lo que piensa. Pero su nombre, sus ideas y su figura son ineludibles para pintores, artistas visuales, poetas y otros escritores.