Finaliza 2022 y las isapres deben cerrar sus estados financieros. En los balances, que reportan a fines de enero, las empresas deben registrar un nuevo pasivo: el monto que deberán restituir a sus afiliados por las tablas de factores, como ordenó la Suprema. Pero para poder hacerlo, primero deberán estimar la cifra. Si provisionan al pie de la letra lo que dictaminó la Suprema, significaría incumplir sus indicadores. El dilema para las isapres es si es posible medir los efectos del fallo o deben esperar las instrucciones del regulador. A ello se agregará otro problema: las auditoras deberán advertir si la industria está en riesgo de continuidad operacional o no.