Entornos en que el blanco predomina y que a través de toques en colores claros, metálicos o en la gama de grises se rompe la monotonía. Este tipo de decoración, basada en la cultura escandinava, apunta a objetos de líneas simples, sin mucha ornamentación en que la funcionalidad prima. Ideal para concebir espacios elegantes, sin importar el pasar del tiempo.
Paula Núñez
15 mar 2018 05:00 AM