Insomnio, angustia, depresión. A menos de cuatro meses de que se rinda el examen que reemplazará a la PSU, miles de jóvenes sienten la presión de enfrentar este trascendental momento de sus vidas, en lo que parece ser el peor de los escenarios. Una deficiente preparación a distancia por la pandemia, la preocupación por los coletazos sanitarios y laborales del Covid-19 en sus familias y la incógnita de una prueba que se realizará por primera vez en la historia son algunas de las razones.
Carlos Pérez
11 sep 2020 03:00 PM