“Las citaciones y amenazas de extradición promovidas por la derecha peruana y boliviana son parte de la persecución para que no denunciemos la masacre de nuestros hermanos indígenas de Perú”, escribió el exmandatario boliviano en su cuenta de Twitter en respuesta a la citación del órgano persecutor.
La amenaza del expresidente de crear milicias y aislar la zona del Chapare, junto a los cruces con el actual mandatario, se dan en un momento de quiebre al interior del MAS, con las elecciones de 2025 como telón de fondo. Ello, mientras el “milagro económico” parece desvanecerse.
No es la primera vez que el expresidente boliviano anuncia la posible formación de grupos armados, pero sí la primera en que genera temores reales de que la zona dominada económicamente por la producción de la coca podría quedar aislada, al ampliar los cultivos y fábricas hacia los parques nacionales aledaños.
El exmandatario boliviano habló de una "ambición saqueadora de Estados Unidos sobre nuestros recursos naturales, especialmente el litio". La embajada estadounidense en La Paz dijo que las palabras de Morales son “infundadas aseveraciones”.
“La llamada ‘reconducción’ con militarización y sin coordinación bilateral es forzar la expulsión con estigmatización, que nos recuerda las políticas abusivas de gobiernos de EE.UU.”, indicó en su cuenta de Twitter el exjefe de Estado boliviano.
La moción, aprobada por 74 votos a favor, 40 en contra y cuatro abstenciones, fue motivada por las “constantes incitaciones en la política nacional" por parte del exmandatario boliviano.
Desde que Arce llegó a la presidencia de Bolivia en 2020, su relación con el exmandatario se ha tensado, llevando a polémicas incriminaciones sobre relaciones con el narcotráfico, una fractura al interior del MAS e incluso una disputa alrededor del robo de un celular.
Mientras el mandatario encabezó un evento en el Palacio de Gobierno, el líder del MAS viajó a Argentina a pasar la fecha con la comunidad boliviana en Buenos Aires y denunció "discriminación" tras asegurar que fue invitado tarde a los actos.
Ante el evidente quiebre tanto al interior del MAS, partido político que lidera, como con el Presidente boliviano, Luis Arce, Morales se embarca en un nuevo proyecto con tintes regionalistas, justo en el momento en el que pareciera tener menor relevancia en su país.
Decisión de impedir que el expresidente boliviano llegue a Perú “a través de todos los puestos de control” fue tomada por la oficina de migraciones.
La mandataria peruana señaló que la intención de Morales sería impulsar el separatismo en el sur del país. Asimismo, afirmó que ninguna persona "tiene que intervenir en temas internos de un país".
Una masiva marcha tenía lugar en rechazo a los excesos de la policía y en reclamo de la libertad del líder opositor Luis Fernando Camacho en el cuarto día de protestas. La ciudad estaba sin transporte público y con los comercios cerrados.
Descrito como histriónico, conservador y elocuente, el político y abogado de 43 años irrumpió en la política mayor de Bolivia en 2019, cuando, según el propio Camacho, jugó un rol clave en la caída de Evo Morales. Hoy se encuentra detenido precisamente por su “presunta participación en un golpe de Estado”.
