La nota sobre lo ocurrido en el liceo de Independencia con la obra de Pedro Lemebel es mucho más que una anécdota. Es un síntoma de la manera en que el descontento se ha transformado en un acicate para aquellos que decidieron hacer de sus salas de espera una trinchera de ataque a un enemigo inventado.
Óscar Contardo
8 dic 2018 02:04 PM