El artista cantó anoche en Santiago bajo un escenario inédito: su vida sin un Castro ni un hombre de la Revolución en el poder de Cuba.
Claudio Vergara
8 oct 2018 11:34 PM
El artista cantó anoche en Santiago bajo un escenario inédito: su vida sin un Castro ni un hombre de la Revolución en el poder de Cuba.
Los cubanos están llamados a opinar hasta el próximo 15 de noviembre sobre una nueva Carta Magna aprobada por la Asamblea Nacional en julio, que entre otras reformas, reconocerá el papel del mercado y la actividad privada en la economía socialista de la isla.
La donación incluyó dos libros escritos por el fallecido líder y una selección de discursos pronunciados por el expresidente en Cuba.
El artista cubano comparte con Culto su visión acerca de los históricos cambios en su país. Por ejemplo, alaba a Raúl Castro y se muestra moderado con Díaz-Canel: "En la medida que se ha ido haciendo presidenciable, se ha ido poniendo rígido, más ortodoxo". También habla del encarcelamiento de Lula y de la petición de salida al mar de Bolivia.
En entrevista con La Tercera, el periodista franco-sueco asegura que el "principal desafío" para el nuevo gobierno es económico, debido al "colapso" de Venezuela, que "subsidiaba bastante" a la isla desde la llegada al poder de Hugo Chávez.
Dos días después las tropas, compuestas por exiliados de la isla, fueron emboscados por las fuerzas cubanas y finalmente derrotados.
En abril, el hermano de Fidel cederá la presidencia que asumió formalmente hace diez años, dejando como legado una economía cubana más abierta al mundo, pero también varias tareas pendientes.
Según el relato de un ex guardaespaldas de Fidel Castro, el fallecido líder cubano "no se ocupaba de nada de lo relacionado con su hijo".
El nombre de Manuel Urrutia y su breve paso por la historia se pierden antes y después de las causas y azares que lo llevaron a ser no solo el último gobernante de derecha en la isla, sino también el primer presidente de la Cuba en revolución. Todo al mismo tiempo.
El nombre de Manuel Urrutia y su breve paso por la historia se pierden antes y después de las causas y azares que lo llevaron a ser no solo el último gobernante de derecha en la isla, sino también el primer presidente de la Cuba en revolución. Todo al mismo tiempo.
El acto más importante será al anochecer en la escalinata de la Universidad de La Habana, tribuna frecuentemente usada por Fidel en sus maratónicos discursos.