El amanecer del próximo 21 de junio, las ruinas altiplánicas de Tiwanaku dan lugar a un ritual que ha perdurado por siglos. Un acontecimiento que reúne tradiciones, costumbres y la cosmovisión de un pueblo precolombino que se niega a morir.
José Ignacio López, para el suplemento de Tendencias
7 jun 2010 06:00 AM