La vida -o lo que les queda de ella- les ha cambiado a los fumadores. No hasta hace mucho echaban humo libremente en restoranes, colegios, oficinas, peluquerías, micros y aviones. Pero en la última década los espacios para prender un cigarro se han ido reduciendo y actualmente hay planes de erradicarlos incluso de plazas, áreas silvestres protegidas y automóviles. Pero son resilientes.
Carlos Pérez Escobar
22 ago 2014 10:00 PM