Juan Pablo Sepúlveda tiene título de cocinero, pero se gana la vida de una forma totalmente diferente. Por medio de un amigo, comenzó a cambiar los dibujos en telas y croqueras por trazos permanentes en la piel. Tenía 25 años. Hoy, seis años después, junto a su esposa Begoña son los fundadores de una empresa familiar donde él tatúa y ella es directora creativa, generando diseños que 32 mil seguidores en Instagram y 12 mil en Facebook los respaldan.
María José Blanco
4 may 2017 09:34 AM