Durante el vuelo de ida desde Dusseldorf hacia Barcelona, Lubitz bajó el avión en cuatro oportunidades a la altura mínima que permite la aeronave sin que fuese detectado por las autoridades.
La Tercera
6 may 2015 05:18 AM
Durante el vuelo de ida desde Dusseldorf hacia Barcelona, Lubitz bajó el avión en cuatro oportunidades a la altura mínima que permite la aeronave sin que fuese detectado por las autoridades.
Así lo anunció la gendarmería francesa e indicaron que los fragmentos pulverizados del Airbus A320 fueron almacenados en un hangar cercano al lugar del siniestro.
La solicitud ha levantado críticas en Turquía y ha sido catalogada como una "mala broma" la solicitud a los oficiales de vuelo.
La aerolínea aseguró que se ha pagado 50 mil euros por víctima, en 80 casos.
Según señalaron las autoridades se revisaron las maletas facturadas y el equipaje de mano y se interrogó a los pasajeros sin ningún resultado. Finalmente el vuelo despegará con cinco horas de retraso.
"Exigimos que se hagan pruebas de laboratorio más frecuentes y más profundas a los pilotos", dijo el presidente de la asociación de médicos de aviación.
Según informaron los investigadores franceses, los datos obtenidos de la segunda caja negra "muestra que el copiloto modificó varias veces el piloto automático para aumentar la velocidad mientras el avión descendía".
Así lo informó esta mañana la fiscalía de Alemania a los medios. Andreas Lubitz de 27 años se encerró en la cabina del avión para estrellarlo.
Medios franceses aseguraron que el segundo dispositivo fue encontrado entre los restos durante esta jornada, después de que la semana pasada lograran ubicar sólo la carcasa.
Andreas Lubitz habría omitido deliberadamente a sus médicos tratantes que seguía trabajando como piloto, cuando buscó atención por un problema en el ojo.
La grabación, que habría aparecido en un teléfono móvil encontrado entre los restos del avión, fue puesta en duda por la fiscalía.
Los presidentes de ambas compañías alemanas llegaron a la zona del accidente, donde rindieron un homenaje a las víctimas y agradecieron a los rescatistas franceses.
En una de las seis historias que narra la cinta, dirigida por el argentino Damián Szifron, un hombre se encierra en la cabina de un avión, en una situación similar a la que se sospecha que provocó el copiloto de la aerolínea alemana Germanwings Andreas Lubitz.
Gendarmería francesa señalo que el camino, despejado por maquinaria pesada ha facilitado el rescate de los 150 cadáveres.
Germanwings entregó documentos por "medio de nuevas investigaciones internas" para "una evolución rápida y sin fallo"de esta situación.