La delicada ligereza que propone la puesta en escena de Gloria Bell, dialoga con este reservado histrionismo, al tiempo que lo hace con un soundtrack 70/80 que contribuye a definir el tono general de la propuesta: el de una película centrada en las frustraciones y alegrías de una mujer cuyos momentos de liberación le pertenecen también a sus espectadores.
Pablo Marín
3 may 2019 01:12 AM