La icónica mansión de Elvis Presley en Memphis, Tennessee, sigue siendo un reflejo fiel del estilo extravagante del "el rey". Desde la famosa "Jungle Room" con su cascada interior hasta la sala de televisión con tres pantallas simultáneas, Graceland conserva cada detalle de la vida privada del cantante. Hoy, a 58 años desde que fue adquirida, se mantiene intacta, ofreciendo un viaje en el tiempo a la opulencia y el legado del legendario artista.
Si Graceland no se subastó, fue gracias a la gestión de la nieta mayor del cantante y la única heredera de la fortuna del rey del rock. La actriz y productora ha cimentado una exitosa carrera en el cine y la televisión, a pesar de su acontecida infancia - entre la mansión de Presley y la de Michael Jackson-, las trágicas muertes de su hermano menor y de su madre, y las disputas con su abuela por el testamento de Lisa Marie Presley.
El día en que vio el cadáver de su padre —en el piso del baño de su mansión— fue solo uno de los tantos eventos traumáticos que Lisa Marie Presley enfrentó a lo largo de su vida. Tras pasar por cuatro matrimonios, entre ellos uno con Michael Jackson y otro con Nicolas Cage, también sufrió el suicidió de uno de sus hijos, con quien se había hecho un tatuaje para inmortalizar su “vínculo eterno”.
El 16 de agosto de 1977 fue encontrado sin vida la leyenda de Memphis, un fanático de los autos y los lujos.
Hoy se cumplen 44 años de la partida del más grande artista en solitario del último siglo. Sus últimas 24 horas fueron una suerte de péndulo que se movió entre la esperanza por una nueva gira, y los miedos personales y la dependencia de los medicamentos.
La mansión que el músico compró en 1957 por 102 mil dólares en las afueras de Memphis, es ahora una mina de oro que cada año atrapa a entre 500 mil y 700 mil visitantes. Frente al lugar donde Elvis vivió la mitad de su vida —y donde reposan sus restos—, se construyó un enorme museo que más parece centro comercial.
