A los sesenta años, pobre, sin casa y cesante, "derrotado incluso como escritor", un exiliado vuelve a Chile para encontrar una ciudad de Santiago paupérrima y peligrosa. En su melancólico y obsesivo deambular conoce a Sofía, la cajera de fuente de soda que le enseña una nueva dimensión del sexo, y al cineasta Ruiz, compañero de la izquierda fracasada que lo introduce en una red criminal de pornografía. Lo siguiente es el prólogo a la edición de Hueders de Ídola, una de las mejores y más raras novelas del fallecido Germán Marín.
Matías Rivas
30 dic 2019 07:54 AM