“Nada de esto depende de la mera voluntad. De ahí la necesidad de un pacto presupuestario que lo haga viable. De lo contrario, a la hora de congelar el presupuesto y de reducir tal o cual programa o partida, el mundo político, como siempre, pondrá el grito en el cielo, arriesgando a que quedemos en poco y nada.Cuando no hay plata y se vive más allá de las posibilidades, los hogares sinceran su gasto, lo optimizan y redefinen prioridades. El Estado debe hacer lo propio. Después de todo, son los hogares quienes lo financian. Y también quienes asumirán las deudas y el costo de no ordenar las cuentas de la casa”.
Ignacio Briones
1 mar 2025 07:30 PM