Basta aterrizar en las islas que Argentina reclama para darse cuenta de que la gente y la vida del lugar no tienen nada que ver con Sudamérica. Los isleños hablan inglés, se ven anglosajones y algunas familias cuentan hasta nueve generaciones allí. Por una semana recorrimos las Falklands, que allí no se llaman Malvinas, y entramos a la base donde el príncipe William ya entrena por seis semanas.
Nancy Castillo, desde Malvinas/Falklands
5 feb 2012 06:21 AM