Para el buenismo, que en este, tal como en otros temas, lo tiene todo claro, cualquier política migratoria que no sea abrir las puertas indiscriminadamente es inhumana, porque segrega y porque entiende que la inmigración es tanto un derecho para quienes lo invocan como una obligación para los estados que han de acogerla. Desde luego es enorme la cantidad de problemas sociales, políticos, culturales y de todo orden asociados a esta opción. Pero de ninguno de ellos el buenismo se hace cargo.
Héctor Soto
20 jul 2019 01:44 PM