En dos décadas, la oferta de arte y fiesta popular porteña pasó de múltiples opciones de categoría -alguna vez se presentó Café Tacuba en los desaparecidos carnavales-, al redoble monótono de batucadas y comparsas, la esencia de los Mil Tambores. Si ese es el gusto masivo, vale. La programación de ribetes internacionales involucionó como tantas otras expresiones porteñas, a una manifestación chata teñida de demandas sociales.
7 oct 2022 07:40 PM