Riéndose de todas sus particularidades —de sus "tics", de sus "brazos cortos", del vínculo con su hermano, el "Negro", de su conducta empresarial y de su poder— Stefan Kramer construyó una exitosísima caricatura de Sebastián Piñera, clave en su primer Viña, en el grueso de sus presentaciones y ¿también en la percepción del público? A pocas horas de que enfrente por tercera vez al "Monstruo", las expectativas son altas: se espera que el mejor imitador nacional se meta en la piel del Presidente y de su gabinete para visibilizar las demandas del estallido. El humor promete estar —tal vez como nunca antes— bajo la lupa del mundo político. ¿Puede Kramer lesionar la ya cuestionada imagen del mandatario?