La mirada hacia los métodos antiguos de cocinar está en lo alto. Es sin duda una contrarrespuesta a la aplastante industrialización de la comida, claro está. También una valoración de lo artesanal, que incluye la conciencia de qué estamos metiéndonos a la boca. De ahí que la palabra fermentación esté en la gloria, comunicando y masificando un consumo puesto en beneficio de la alimentación capaz de transformar la propia vida. Un oficio milenario que está de vuelta.
Por Raquel Telias Fotos Nicolás Abalo y Juan Pablo Sierra
25 oct 2017 11:55 AM