Un grupo de 22 familias de la Villa San Joaquín vive separado por un muro de los pasajes más peligrosos de La Legua. Esa -aseguran- es la única defensa que tienen frente a las balas que llegan a sus paredes provenientes de los enfrentamientos entre narcotraficantes. La intendencia comenzó el jueves pasado a derrumbar el muro, pese a la resistencia de los vecinos.
Fredi Velásquez Ojeda
28 oct 2017 01:30 PM