El cantante ofreció uno de los espectáculos más contundentes de Lollapalooza 2019, en que hizo homenajes tanto a sus raíces en el grupo Alegría como a Jorge González. Además, hizo gala de su conexión con el público chileno basado en su gran sentido del espectáculo.
Si bien el hombre de 23 años demostró que sabe cantar, su show comparado con otras presentaciones de artistas del género urbano dejó bastante que desear.
En su cuarta visita a Chile, la banda neoyorquina regresó con su sexto álbum bajo el brazo, dos décadas de carrera y un show correcto y elegante.
La banda que reúne a músicos de destacadas bandas nacionales ofreció un show en que bajo las referencias al folklore y la canción popular chilena, exploran diferentes intereses personales. Es una suerte de patio de juegos en que todo se permite.
El sábado, a la sombra de Skrillex, el DJ estadounidense cumplió con la tarea de subir la temperatura en la bacanal electrónica de Lollapalooza.
Con un completo desplante del vocalista, una apuesta audiovisual innovadora y canciones pegajosas, el conjunto inglés supo mantener despiertos a los asistentes de la segunda jornada, en una tarde marcada por el tenue clima santiaguino.
Ya venía como un fenómeno, pero los estragos no fueron anticipados. La artista chilena-estadounidense llegó como una bomba que explotó en el sector Lotus antes, durante y después de su show.
El dúo de los ex Pánico, Edi Pistolas y Carolina Tres Estrellas, hizo bailar al público congregado en la Aldea Verde a punta de una mezcla de electrónica y sonidos de la naturaleza.
La agrupación británica, uno de los puntos altos de la jornada, ofreció un show potente, sólido, que descansó en las composiciones de su último disco, amo. Clave fue el rol de Oli Sykes quien, por suerte, no presentó problemas tras su reciente lesión en las cuerdas vocales.
El quinteto de Alaska, que cinco años antes pasara desapercibido y casi sin respaldo del público, tuvo su revancha en Lollapalooza 2019. Con una puesta en escena que tuvo prácticamente de todo: guiños a Metallica y Pink Floyd, psicodelia y, como sorpresa, un mensaje no menos político que confrontacional, Portugal. The Man encendió la tarde del sábado.
El primogénito del Rey del reggae se presentó en el VTR Stage con un mezcla de repertorio propio y recuerdos del padre. Los mensajes de amor y justicia fueron difundidos junto al baile de sus hijos y la alegría de sus coristas.
Mostrando el mejor fiato de su carrera, la cooperativa presidida por Cristóbal Briceño levantó polvo en uno de el escenario más alternativo del festival. Pareciera que nunca antes se hubieran sentido tan cómodos.
Erigido como el más "indie" y "alternativo" dentro de la escena trappera en Chile, Gianluca le impregnó un tono de melancolía a un género que suele resaltar lo contrario. Por su parte, él se esmera en desmarcarse de las etiquetas.
Más allá de la música, hay algo pasando, un fenómeno con nuevos códigos, una artista que, pese a presentarse en tonos sepias, conecta con el cada vez más difícil de leer mundo del presente de formas que muchas otras figuras sólo podrían soñar.
Una jornada de menos a más en el segundo día del festival con el multitudinario debut de Paloma Mami y los shows estelares de Américo, Post Malone y Twenty one pilots.
