La noche del 17 de enero, tras herir de muerte al detective Daniel Valdés, el imputado Luis Vásquez se dirigió hasta el domicilio donde vivía su pareja, María Jesús Fernández. Ella y una vecina tuvieron que declarar ante los investigadores, dejando en evidencia los pasos que dio el imputado tras asesinar al policía. Según admitieron, el sujeto de 20 años se mostró nervioso, pero en ningún momento dio luces de arrepentimiento. De hecho, de acuerdo con los testimonios, durante esa misma noche intentó concretar la venta del arma que utilizó, la que robó al PDI y otras que mantenía en su poder.