Fyre festival, evento programado para un par de fines de semana entre abril y mayo de 2017 en Bahamas con un cartel nada gourmet encabezado por Major Lazer y Blink 182, tenía cupos limitados, boletos carísimos entre 500 y 1500 dólares y paquetes VIP de 12 mil dólares para disfrutar de domos ecológicos, comidas a cargo de célebres chefs y la promesa tácita de que esas chicas estarían al alcance en un evento que pretendía convertirse en el Woodstock de esta era.
Marcelo Contreras
3 feb 2019 09:22 AM