El seremi de Transportes de la RM propuso que el monumento debe ser reemplazado por una figura que "una a Chile".
6 dic 2024 01:33 PM
El seremi de Transportes de la RM propuso que el monumento debe ser reemplazado por una figura que "una a Chile".
Tras la toma del Morro de Arica, el 7 de junio de 1880, los periódicos nacionales reaccionaron con euforia, y en su mayoría veían que el fin del conflicto bélico estaba cerca. La mayoría de los matutinos dedicó enormes adjetivos al accionar del ejército chileno y pidieron a las autoridades que se procediera a tomar Lima. Acá una historia poco conocida de la guerra.
Paul Boyton, un aventurero estadounidense contratado por el gobierno de Perú, intentó dinamitar los barcos de la escuadra chilena que bloqueaban el Callao, a inicios de 1881. Para ello, usaba un traje de goma que le permitía flotar de espaldas en el agua. Sin embargo, las cosas no salieron bien para él.
En enero de 1881 el Ejército chileno ocupó la capital del Perú con el fin de poner término a la guerra del Pacífico y lograr la ansiada cesión de las ricas regiones salitreras. La presencia chilena hasta hoy es objeto de debate: para algunos se produjeron saqueos, otros señalan que se tomaron botines de guerra. Historiadores chilenos y peruanos convocados por Culto tratan el tema e ilustran los puntos a tener en cuenta en una discusión aún abierta.
El 7 de junio de 1880 se llevó a cabo una de las batallas más recordadas de la Guerra del Pacífico. En solo 55 minutos, el ejército chileno -comandado por Pedro Lagos- tomó posesión de la inexpugnable fortaleza que protegía al Morro de Arica. Acá, un punteo al respecto.
El 26 de mayo de 1880 se libró una de las batallas más sangrientas de la Guerra del Pacífico; el ejército chileno se enfrentó al ejército aliado peruano-boliviano en las cercanías de Tacna. Por momentos la victoria estuvo en riesgo e incluso los aliados quisieron sorprender durante la noche. Acá una revisión a los momentos claves de la batalla que marcó el rumbo de la guerra.
Las palabras del ministro de Defensa se dieron en el 141 aniversario del Asalto y Toma del Morro de Arica. “En tiempos emblemáticos como los que estamos viviendo y donde con esperanza buscamos definirnos como país para tener un mejor futuro, en esta fecha histórica, creo que nuestros héroes de la guerra del pacífico nos envían un mensaje de unidad, de generosidad y patriotismo que no debemos dejar de oír y acoger", agregó el secretario de Estado.
Bajo la estatua del general Baquedano, en la palestra pública durante los últimos días, se encuentra la cripta al soldado desconocido. Se trata de la tumba de un efectivo muerto en la batalla de Tacna, cuyo cadáver fue rescatado en 1900 por un mayor del Ejército, quien lo mantuvo de manera temporal en su domicilio hasta su actual ubicación, en el límite de las comunas de Santiago y Providencia. Sin embargo, hay ciertas pistas que podrían dar luces de quién se trataba. Acá, la particular historia detrás de este hito urbano.
Con un temprano interés en la carrera militar, Manuel Baquedano -el general cuya estatua se levanta en Plaza Italia- participó en varias acciones de armas durante la segunda mitad del siglo XIX, entre ellas, la guerra civil de 1851, la ocupación de La Araucanía y sobre todo, la guerra del Pacífico, donde sus tácticas fueron consideradas por algunos como básicas y rudimentarias, pero los especialistas opinan otra cosa. De carácter parco y estricto, también sabía cuándo, tal vez, salirse de la norma.
El general se ubica en un punto neurálgico de la capital que no lo era en 1928, cuando inauguraron su estatua y rebautizaron la Plaza Italia como Plaza Baquedano. Hoy en la "zona cero", la obra en bronce del escultor Virginio Arias es parte de un conjunto que incluye la Tumba del Soldado Desconocido, y de ahí no se moverá, según determinó el pasado miércoles el Consejo de Monumentos.
Nacida como parte de las remodelaciones urbanas que la elite realizó en Santiago de Chile a mediados del siglo XIX, no siempre fue el centro de las manifestaciones populares de la capital. Su ubicación fue una especie de límite de la ciudad y hoy, renombrada como Plaza de la Dignidad, ha servido como espacio de resignificación debido al estallido social.
El operativo tuvo lugar esta mañana con el apoyo de Carabineros y Fuerzas Especiales, luego que los alumnos se volvieran a tomar el recinto el día domingo.