Esta forma de escritura, que supuestamente renace en twitter, es sumamente difícil: jamás solemne o banal, como dijo Kafka, los aforismos son un destilado corrosivo para decir algo cierto. Tras quince años, el filósofo chileno argentino Martín Hopenhayn vuelve a este trabajo con Atajos para no llegar.
Revista Paula.
17 jun 2014 04:21 PM