La muerte de su esposo, la falta de plata, y una desalentadora sensación de impotencia, obligaron a Maricarmen Bruzzone a internar a su hijo Jesús, de 3 años, en un hogar de menores. La separación hizo trizas la relación entre ellos. para recuperarlo Maricarmen tuvo que aprender a ser madre de nuevo en un largo taller de afectividad. Y lo consiguió. Después de cinco años, Jesús está de vuelta en su casa.
La Tercera
11 dic 2007 05:04 PM