Con 20 años, Gustavo “Coco” Nicolich era uno de los tripulantes más jóvenes del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que en 1972 se estrelló en la Cordillera de Los Andes. Y aunque salió prácticamente ileso, terminó falleciendo a raíz del alud que azotó los restos del avión. Una semana antes, había confiado a Gustavo Zerbino las dos cartas que escribió para sus padres y su novia Rossina, donde les describía el momento de la caída y la antropofagia que debieron llevar adelante para no morir. Pero sobre todo, dejaba claras sus inagotables ganas de vivir.
19 ene 2024 09:45 AM