Un resumen para esta historia sería: el diseñador chileno Abel Cárcamo está establecido en París, le está yendo bien y creó una colección exitosa con su hermano David cuando este estuvo allá. Detalles para reflexionar: 1. Parece ser que a los diseñadores que asumen sin complejos sus circunstancias y herencia latinoamericana tienen más posibilidades de atraer atención hacia su trabajo, y en Chile tenemos de esos. 2. Mantengamos ojos en el trabajo por separado y las colaboraciones entre estos hermanos. 3. Sin contactos ni amigos, sin siquiera hablar el idioma, un chileno llega a ser representado por una galería francesa. ¿Existe en nuestra sociedad esa apertura al talento y méritos genuinos de creadores inmigrantes?
Pablo Andulce
6 nov 2020 03:20 PM