El 26 de marzo de 1827, y debido a una enfermedad hepática, Ludwig van Beethoven falleció en Viena, donde residía. Pagó precio a dolencias que lo persiguieron toda su vida y a una mala alimentación. En su agonía dijo una frase marcada por uno de sus placeres. Esta es la historia de los días finales del célebre compositor.
26 mar 2024 08:38 AM