El Premio Nacional de Música fallecido este lunes a los 98 años nunca bailó al ritmo de otros. Amaba la música chilena, pero la hizo sinfónica. Orquestó a Neruda, pero no creía en su política. Era un hueso duro de roer: lo rechazaron 16 veces al Premio antes de ganar en 2016. El gobierno decretó un día de duelo oficial por su muerte. Sus funerales serán el miércoles en el Cementerio General.
Rodrigo González M.
25 sep 2018 05:00 AM