Cuatro niños de 14, 9, 4 y 1 año estuvieron deambulando por una hostil selva después de haber sobrevivido a la caída de una avioneta. Después de una ardua búsqueda, fueron hallados heridos, pero con vida. Así están los menores un año después del rescate.
Miembro del Consejo Regional Indígena del Cauca, Fabián Mulcue fue parte del operativo que rescató con vida a cuatro hermanos después de 40 días perdidos en la jungla colombiana tras un accidente aéreo. “En ningún momento perdimos la esperanza”, dice.
La ministra canadiense de Finanzas, Chrystia Freeland, anunció que la mitad de los fondos -unos 31.000 millones de dólares- se destinaría a compensar a los niños y sus familias y la otra mitad a reformar el sistema de internados escolares. “Sabemos que pagar nuestra deuda histórica con los pueblos indígenas es primordial y que debemos actuar para garantizar que estas injusticias no vuelvan a ocurrir”, indicó Freeland.
Miles de niños indígenas murieron por enfermedades y abusos hasta la década de 1970 en internados cristianos a los que fueron obligados a asistir por el gobierno canadiense. La mayoría de esos recintos eran católicos, razón por la que se espera una disculpa desde la Iglesia. Tras una invitación de la Conferencia Episcopal canadiense, Francisco aceptó ir al país para establecer un proceso de reconciliación con los pueblos.
Esta situación que escandaliza a esa nación norteamericana, se añade al trabajo de la justicia canadiense que investiga en la actualidad acusaciones similares en otros antiguos internados para menores indígenas en distintos puntos del país y que fueron administrados por la Iglesia Católica. El Proyecto Niños Perdidos ha identificado hasta el momento a más de 4.100 menores fallecidos durante su estancia en los colegios y muchos de ellos fueron sepultados en los propios recintos escolares.
Varias templos han sido dañados tras el hallazgo de más de 1.000 tumbas en los recintos de tres internados administrados por la Iglesia Católica en las provincias de Columbia Británica y Saskatchewan, a los que generaciones de niños indígenas fueron forzados a asistir. Justin Trudeau, quien es católico, dijo que entiende la furia que muchas personas sienten hacia la Iglesia y el gobierno federal. “Es real y completamente comprensible dada la historia vergonzosa que todos sabemos más ahora”, dijo el mandatario en una conferencia de prensa.
“Esta fue una política gubernamental increíblemente dañina que fue la realidad de Canadá durante muchas, muchas décadas y los canadienses de hoy están horrorizados y avergonzados de cómo se comportó nuestro país; de una política de asimilación forzada que arrancó a los niños de sus hogares, de sus comunidades, de su cultura y de su idioma”, dijo Trudeau en Ottawa. Agregó que le ha pedido al Papa Francisco que venga al país y se disculpe por los abusos en las escuelas administradas por la Iglesia Católica financiadas por el gobierno.
“Como primer ministro, estoy horrorizado por la vergonzosa ley que robó a menores indígenas de sus comunidades”, dijo Justin Trudeau. “Lamentablemente, esta no es una excepción ni un incidente aislado. No nos vamos a esconder de eso. Tenemos que reconocer la verdad. Las escuelas hogar fueron una realidad; una tragedia que existió aquí, en nuestro país, y tenemos que asumirlo", sentenció. Agregó, además, que hablará con sus ministros sobre medidas adicionales que su gobierno debe tomar para apoyar a los sobrevivientes del exterminio. Las banderas en todos los edificios federales de Canadá ondean a media asta.
